¿Cuánto polvo debo poner en el lavavajillas?
Entre los muchos detergentes para lavavajillas disponibles actualmente, el polvo común sigue siendo especialmente popular. Esto se debe a su facilidad de uso y su costo asequible. Sin embargo, para que la calidad de la limpieza se mantenga alta, se debe respetar estrictamente la dosificación del producto. ¿Cuánto polvo hay que echar en el lavavajillas para que sea suficiente para un buen lavado, pero no demasiado?
¿Cómo determinar la dosis de polvo?
No se puede decir que exista una dosis óptima universal para todos los polvos. Es fácil saber cuál tiene el tuyo mirando el embalaje del producto. Suelen escribir allí cuánto polvo hay que poner en el lavavajillas. Si el embalaje no se ha conservado o no has podido encontrar la información que te interesa, tendrás que confiar en las recomendaciones de especialistas. La dosis se puede calcular en función de las características básicas del polvo.
- Un lavavajillas medio tiene capacidad para 12 cubiertos. Para un PMM de este volumen completamente cargado se necesitarán 40 gramos de polvo normal. Si el número de series es menor, reduzca la dosis proporcionalmente.
- Además de los polvos habituales, también existen productos concentrados que deben introducirse en el lavavajillas en cantidades mucho menores. La dosis de algunos de estos polvos es de 20 a 25 gramos, y otros solo de 15. En cualquier caso, si tienes un concentrado, ponlo la mitad que el polvo normal.
¡Atención! Si realmente quieres conocer las recomendaciones de dosificación del fabricante, pero el envase no se ha conservado, recurre a un truco: busca fotos del envase de tu producto en Internet y mira la información que allí se encuentra.
Si tiene el deseo y la oportunidad, puede llegar a una dosis adecuada del polvo de forma experimental. A veces, los fabricantes recomiendan específicamente agregar más polvo del necesario para que se acabe más rápido y, como resultado, tengas que comprar uno nuevo. Determinar su propia dosis le ayudará a evitar gastos innecesarios.
¿Cómo utilizar el polvo?
Poner el polvo en el lavavajillas no podría ser más sencillo. Debes abrir la puerta del lavavajillas y encontrar el compartimento de polvo en el interior. El depósito de polvo es bastante grande, por lo que seguro que lo encontrarás sin problemas.
- Abra la tapa del dispensador.
- Vierta tanto polvo como sea necesario.
- Cierre bien la tapa.
- Inicie el modo de lavado.
¡Importante! El dosificador para lavavajillas dispone de varios compartimentos para diferentes tipos de productos: polvos, abrillantadores, etc.
Si colocas el polvo principal en el compartimento del acondicionador, la máquina solo lo utilizará al final, y al final terminarás con platos con gránulos de polvo adheridos y suciedad y restos de comida mal lavados. Para saber exactamente qué compartimento está destinado a qué en el dispensador, utilice las instrucciones para el lavavajillas, donde se detalla y muestra visualmente qué se debe verter y dónde.
¿Qué pasa si uso el polvo más barato?
Las amas de casa ahorrativas se esfuerzan por ahorrar un centavo incluso cuando compran detergente para lavavajillas. ¿Es posible sustituir un polvo caro por un análogo más económico sin perjudicar la calidad del lavado? Por supuesto que puede. La calidad del polvo y sus características no las indica la marca, ni el envase, ni siquiera el precio, sino su composición. Si está acostumbrado a algún producto caro y luego encuentra uno más barato con una composición idéntica, puede reemplazarlo de manera segura. En la mayoría de los casos, las marcas caras lo son sólo por su nombre, pero no necesitamos prestigio, sino calidad.
Otra desventaja de los polvos caros es que a menudo son falsificados. Si se dedica a un producto y está dispuesto a pagar mucho dinero por él, debe estar preparado para el hecho de que no obtendrá el resultado deseado. Pero los polvos baratos no son falsificados, por lo que una vez que encuentre la opción económica ideal, ya no tendrá que preocuparse por su calidad. Pero para encontrarlo tendrás que utilizar el método de prueba y error, porque no todos los polvos baratos son realmente dignos.
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